Actualizaciones de WordPress y complementos: seamos prudentes
Uno de los temas que hay que cuidar en una web moderna es que hay que mantener actualizado el software de la misma. Ya que nosotros estamos especializados en WordPress y Divi nos centraremos en esta parejita, pero lo que vamos a explicar es casi universal.
Desarrollo del software: el cuento de nunca acabar
Lo primero necesario es comprender que la mayoría del software moderno es tan complejo que se puede decir que nunca está terminado del todo, aunque de hecho lo podamos estar usando satisfactoriamente. Se puede llegar a tardar tanto en implementar todas las funciones que queremos que tenga y en corregir todos los errores, que sólo generaciones futuras verían el resultado.
Así que, para bien o para mal, a día de hoy a las aplicaciones les pasa lo mismo que las ciudades en las que vivimos: mientras las usamos las vamos mejorando.
- Por una parte se van solucionando los problemas que van surgiendo, ya sean por errores de diseño o por antigüedad: desde cambio de canalizaciones de agua hasta la sustitución de edificaciones por otras más modernas o la re-ordenación del tráfico en el centro de la ciudad.
- Y por otra se van ampliando las funcionalidades: nuevos barrios, nuevas líneas de metro, nuevos centros de salud o nuevas redes de comunicaciones por fibra, por ejemplo.
La ventaja que tenemos con el software es que no te van a tener 6 meses levantada tu calle para cambiar las tuberías; sencillamente algún día aparecerá una nueva versión que arregla esto y aquello, o que incorpora lo de más allá, la instalarás y listo!
O casi.
El caso particular de WordPress
WordPress ha ido evolucionando muchísimo desde que salió, siempre mejorando y siempre incorporando funciones con la idea de ser más sólido y más útil. Como es un producto de éxito y plena expansión, este ritmo no sólo no ha decaído con el tiempo sino que va a más.
No es raro que aparezcan actualizaciones de diverso tipo, cuya entidad podemos adivinar mirando cuál es el numerito que cambia de la anterior versión a la nueva que sale.
Hasta la semana pasada, WordPress estaba en la 4.7.5, lo que significa que estamos en la rama 4, versión 7 y revisión 5.
Haciendo una simplificación bastante gruesa pero que creo que sirve, podemos decir que estos número evolucionan así:
- Se cambia de rama cuando hay cambios MUY importantes: vamos por la 4ª en trece años de WordPress,
- se cambia de versión cuando hay nuevas funcionalidades incorporadas que impliquen cierto nivel de cambios: 7 versiones en casi 3 años, desde que salió la 4.0
- y se cambia de revisión para arreglar errores: 5 en cinco meses, desde la 4.7.0.
Pero de repente, salió la versión 4.8 y apareció el tentador botón de «Actualizar» pidiendo a gritos que lo pulsemos…
Nuestro criterio particular con las versiones
Nosotros tenemos un criterio establecido para estas cosas, fruto de la experiencia de años de trabajo (y los malos ratos pasados), que se basa en la prudencia.
- Las actualizaciones críticas de seguridad las tenemos en automático (como casi todos los WordPress), de forma que son parcheadas sin necesidad de que intervengamos nosotros: cualquier día el WordPress te informa que se ha actualizado a la X.X.X+1 y ya está.
- Las de corrección de errores no críticos (revisión, en nuestro ejemplo 4.7.5) las lanzamos a mano, semanalmente.
- Las de nuevas funcionalidades (versión, en nuestro ejemplo 4.7.5) las hacemos como mínimo una semana después de que salgan, no sea que traigan algún bug de día 0 y metamos la pata.
- Las de rama (4.7.5) las retrasamos uno o varios meses y las probamos primero en sitios que no sean críticos. Por ejemplo, algún día saldrá WordPress 5.0 y antes de actualizar ningún sitio de cliente (¡o el nuestro propio!) la tendremos al menos un par de meses corriendo en mi blog personal, o algún sitio así, que tenga visitas pero que no pase nada malo si se cae por esto o por lo otro…
¿Y con las actualizaciones de Divi, qué hacemos?
Divi tiene un ritmo de actualización feroz. El equipo de desarrollo sabe que tiene un producto ganador en un campo muy reñido y está respaldado por una comunidad muy activa, por lo que evolucionan el software constantemente y siempre a mejor.
Aquí tenemos casi el mismo criterio que con WordPress, retrasando más o menos la aplicación de la actualización según cuanto más a la izquierda esté el numerito que cambia…
De todas formas, en tres años que llevamos con Divi (¡como pasa el tiempo!) sólo hemos tenido dos problemas al actualizar, siempre con los formularios, y en ambas ocasiones ha sido trivial arreglar lo estropeado, así que muy bien.
Los demás plugins
Una vez más, seguimos el mismo criterio de para actualizar los plugins, aunque aquí tenemos una dificultad más: con WordPress y Divi sabemos que hay buenos equipos de desarrollo detrás. Pueden meter la pata porque son humanos, pero básicamente estamos relativamente tranquilos de que la cosa va a ir siempre a mejor.
El problema con los plugins es que, a no ser que los elijas con cuidado, el nivel del desarrollador puede no ser tan bueno (y digo puede no ser) por lo que hay que ser más prudente aún.
Nuestro criterio es no instalar cualquier cosa cuando desarrollamos, sino ceñirnos a un subconjunto de plugins conocidos, probados y de confianza, con lo que estamos tranquilos de que las cosas no se van torcer… demasiado.
Trapecismo con red: los backups
Finalmente, el gran salvavidas de todo administrador de una web: las copias de seguridad.
Una buena política de copias de seguridad te da la tranquilidad de que, en caso de desastre en una actualización, vas a poder restaurar la web a como estaba antes y seguir con tu vida sin demasiada tragedia, por lo que es esencial para la vida moderna.
Nosotros tenemos varios niveles de copias en cuanto a frecuencia y lugar de almacenamiento, para poder prevenir todo tipo de desastres. Pero esa es otra historia…
Bonus track: la publicidad ;P
Y a todo esto, ¿conoces nuestros planes de mantenimiento técnico? Te permiten despreocuparte de estas frikadas y dejarlo todo en nuestras manos…